Proyecto minero NuevaUnión elevó su inversión a US$7.208 millones

Catastro de proyectos mineros 2018-2027 que elabora la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) mostró un crecimiento, luego que ingresaran seis nuevas iniciativas, impulsando a la cartera por sobre los US$65.747 millones.

El estudio tomó en consideración las fases II y III del proyecto NuevaUnión, de las empresas canadienses GoldCorp y Teck, cuyo presupuesto total se elevó a US$7.208 millones. Esta cifra representa hasta un 11% de todas las faenas que podrían construirse en la próxima década a lo largo del país.

Actualmente, NuevaUnión afina los últimos detalles del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), el que sería ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) durante los próximos meses.

En un principio, los recursos que involucraban la construcción completa de las obras en el yacimiento El Relincho sumaban US$ 3.200 millones. El monto consideraba la planta concentradora, el sistema de abastecimiento de agua desalada y el concentraducto que va hasta el puerto. Sin embargo, gracias a las ingenierías de detalle que incluyen las etapas posteriores, la cifra más que se duplicó. Esta se desglosa en la ejecución de las fases I por unos US$ 3.500 millones y las etapas II y III, que consideran inversiones adicionales por US$ 2.700 millones y US$ 1.000 millones, respectivamente.

De acuerdo con NuevaUnión, no se trata de nuevas fases. “Siempre hemos tenido el proyecto elaborado en base a tres fases de operación. Lo que pasa es que no lo habíamos dicho porque no estaban calculados los montos totales de cada una de estas etapas”, aclara Felipe Illanes, gerente de comunicaciones y relaciones gubernamentales de la compañía.

El plan para desarrollar una operación escalonada se debe a la concepción inicial del proyecto, que nace de la unión de “El Relincho” y “El Morro”. Se comenzará con el primer yacimiento, proceso que se extenderá por unos tres años, y avanzarán hacia el “El Morro”; también es conocido como rajo de “La Fortuna”. Este último incluye los talleres mecánicos, la preparación misma del rajo y, lo más importante, la correa transportadora que llevará el mineral hacia la planta concentradora. Luego del fin de la explotación del yacimiento se volverá a la ubicación inicial.

La compañía apunta a contar con la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) durante 2020, para poder dar inicio a la construcción de la faena ese mismo año. En cuanto a la operación, se espera que las primeras explotaciones se den en 2023.

Durante los primeros cinco años de vida de la mina se estima una producción anual de unas 224 mil toneladas de cobre, 269 mil onzas de oro y 1.700 toneladas de molibdeno. Según los últimos cálculos, se requerirá de una mano de obra de 4.000 personas durante la construcción con un peak de 8.000 trabajadores. La cifra tendría una importante composición local

Fuente: El Mercurio

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