Perú mira hacia las operaciones subterráneas

Antamina evalúa cambiar su método de explotación a tajo abierto y operar como una mina subterránea a partir de 2036.

El 43% del total de operaciones mineras en el planeta usan el método de minado subterráneo, y es el responsable del 12% de la producción global, de acuerdo con el informe que publicó McKinsey & Company en julio del 2021.

Hace unos años, la compañía Newmont anunció la metamorfosis de su mina a cielo abierto en Cajamarca a una operación subterránea, a la cual denominó Yanacocha Sulfuros, con la que incrementará su producción de oro en 15% e invertirá USD 2.250 millones.

Hace poco más de un mes, Antamina, empresa con 20 años de actividad minera a cielo abierto en Áncash, ya piensa la idea de mutar hacia la producción subterránea a partir del 2036, debido a que encontró mineralización por debajo del actual tajo en desarrollo.

Se trata de dos referentes mineros en el Perú y el mundo que están apostando por cambiar su método de explotación de recursos, en consonancia con otros importantes actores del sector, “lo que hace pensar que las operaciones a tajo abierto migrarán a sistemas de minado subterráneo, debido a la continuidad de la mineralización en profundidad”, proyectó el Ing. Alfredo Pacheco, durante una charla magistral en Cantera de Talentos para la Minería.

En este programa de capacitación profesional que organiza el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, el especialista refirió que el 43% del total de operaciones mineras en el planeta usan el método de minado subterráneo, y es el responsable del 12% de la producción global, de acuerdo con el informe que publicó McKinsey & Company en julio del 2021.

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Pero la decisión de pasar de un método de explotación a otro requiere, evidentemente, de la estrategia de planeamiento, la cual evalúa distintos factores, como los costos de minado, la infraestructura del sitio, la planta de procesamiento, cumplimiento ambiental y permisos.

“Las minas no se copian. Todas tienen sus propias condiciones y restricciones naturales. Por tanto, cada mina tiene un modelo de valor y costo único. Tiene variables distintas a gestionar, entre ellas: el ancho de veta, calidad de roca, buzamiento, ubicación espacial, contaminantes, agua y leyes de mineral”, diferenció.

Y si bien cada mina es distinta a la otra, el planeamiento está presente en todas ellas, por lo que es de esperar que surjan problemas comunes en los planes de corto plazo.

En ese sentido, Alfredo Pacheco expuso que los inconvenientes que suelen observarse son la planificación aislada y dispar, el cumplimiento parcial del plan, la mala rendición de cuentas por los resultados, los planes altamente manuales, a débil comunicación interfuncional y las acusaciones entre las áreas de ingeniería y operaciones.

Por último, señaló que el planeamiento presenta tres etapas: conceptual, prefactibilidad y factibilidad, siendo que los costos tienen más presencia en la última etapa, mientras que el riesgo tiene mayor intervención en la primera etapa.

El caso de Antamina

El productor peruano de cobre y zinc Antamina evalúa cambiar su método de explotación a tajo abierto y operar como una mina subterránea a partir de 2036 pues detectó zonas mineralizadas que se encuentran debajo del actual yacimiento en la norteña Región Áncash.

“Si la mineralización en profundidad responde a las expectativas de la empresa, la construcción de la mina subterránea empezaría en 2031; la operación, en 2036; y la capacidad a tope de producción, en 2039”, dijo el presidente ejecutivo de Minera Antamina, Víctor Gobitz

La perforación más profunda realizada hasta la fecha encontró mineralización en el nivel 2.022m, es decir, casi 1.200m por debajo del nivel más bajo proyectado en el depósito, lo que hace prever la continuidad de la mineralización hasta ese nivel, comentó Gobitz en un comunicado.

La empresa confía en mantener su ritmo de producción, por lo que también prepara cambios a nivel de infraestructura y tecnología.

Antamina es el principal productor de cobre en Perú, con una participación de alrededor de 20% en metal rojo y de 35% en zinc en enero-noviembre del año pasado, periodo en que explotó 416.255t de cobre y 487.431t de zinc. La mina está bajo el control de Glencore, BHP, Teck y Mitsubishi.

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Renovación de flota

Otro de los mayores retos en el yacimiento es el crecimiento en el ratio de desbroce y en la distancia de acarreo de desmonte, lo que obligó a la empresa a renovar su flota con vehículos de mayor capacidad y recorrido que otorguen más productividad y generen menos costos.

En así que, actualmente, están en prueba seis modernos camiones mineros Ultra-Class de entre 380 y 400 toneladas, en complemento con los convencionales 92 Komatsu 930 E4SE (320 Ton), 2 Komatsu 980E4 (380 Ton) y 12 CAT 793 F (240 toneladas).

“Con esta flota, el material que removimos asciende a un rango de 650 mil y 750 mil toneladas por día; es decir, 270 millones de toneladas por año”, refirió el también presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).

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