La tercerización se impone en la minería latinoamericana

Los costos de mantenimiento en empresas mineras están entre el 55% y el 60% de los costos totales. La tercerización es una alternativa.

Por Walter Duer

Una gestión eficiente del mantenimiento  puede reducir en 33% los costos  de operación de una mina.
Una gestión eficiente del mantenimiento puede reducir en 33% los costos de operación de una mina.

“Muchos de los ejecutivos de grandes empresas se sorprenden al observar los costos del mantenimiento de sus equipos o plantas”, señala Gabriel Rodríguez, directivo de MRQ Consultores, empresa especializada en gestión de costos con sedes en Chile, Perú y Bolivia. “En industrias de uso intensivo de capital, como es el caso de la minería, los costos directos se encuentran generalmente entre el 20% y el 45% de los costos totales de producción”, agrega. A eso habrá que sumar los costos indirectos, relacionados con paradas imprevistas de maquinarias o interrupciones operacionales, entre otros.

Carlos Pérez, director de Soporte y Compañía, otra empresa especializada en el rubro con sedes en México y Colombia, hace una estimación precisa del segmento minero y asegura que “los gastos de mantenimiento y propiedad de los activos suelen equiparar al 55-60% de los costos totales”. Ante este panorama, la eficiencia que se logre para tener los equipos funcionando el máximo de tiempo posible, minimizar las caídas y prevenir las fallas es una ventaja competitiva. La tercerización se posiciona, entonces, como una alternativa más que válida para resolver este punto.

“La tercerización del mantenimiento es una práctica todavía poco difundida entre las empresas industriales de la región, cuyos gerentes o directores no pueden evitar ciertos resquemores a la hora de considerar que personal de otra compañía pueda tener injerencia sobre sus equipos e indirectamente, sobre sus procesos”, opina Carlos Castellano, director de Ellmann, Sueiro y Asociados, consultora de reingeniería industrial con oficinas en Argentina, Chile y México, entre otros países.

Una función que no es estratégica y que no  está operando de manera competitiva debe  tercerizarse, dicen los expertos.
Una función que no es estratégica y que no está operando de manera competitiva debe tercerizarse, dicen los expertos.

La tendencia, a nivel mundial crece, ya que delegar esta tarea en manos expertas genera un alto nivel de eficiencia y eficacia y permite que la compañía contratante pueda dedicarse a sus negocios específicos. “En el caso del mantenimiento de los activos físicos, lo ideal es comenzar por identificar y definir cuidadosamente las tareas que no son parte de la esencia del negocio y que pueden entregarse a terceros”, señala Castellano.

Pérez, además, determina otro eje de análisis más allá de si la función a delegar es estratégica o no: el hecho de si de manera interna está siendo desarrollada de manera competitiva o no, tanto en costos como en tiempos de respuesta, respecto de lo que se ofrece en el mercado. “Así, se genera una matriz de dos por dos que ayuda en el proceso de decisión: mientras que una función que es estratégica y está siendo desarrollada de manera competitiva no debe tercerizarse, una no estratégica y no competitiva, sí; una estratégica y no competitiva debe sufrir una reingeniería y una no estratégica y competitiva deberá ser sometida a discusión en cada caso”.

Vamos por partes

El outsourcing de mantenimiento consta de varias etapas. En la primera se realiza un diagnóstico de la situación en el que se evalúan en detalle los procesos de mantenimiento y su relación con el resto de los procesos de la compañía. Para esto, se establece el estado de situación de las estrategias de mantenimiento, los recursos humanos disponibles, los recursos materiales, los procedimientos y los sistemas de información.

A partir de lo recogido en el relevamiento, se llega a la segunda instancia, en la que se definen cuáles son los procesos de mantenimiento que se van a tercerizar.

Sobre cada uno de ellos, es clave determinar el nivel de actividad de mantenimiento, el costo que implica para la empresa su realización y la forma en la que se podrá evaluar la gestión de la compañía proveedora del servicio.

Luego llega la tercera etapa, que es definir el tipo de tercerización que se llevará a cabo. Existen diferentes modelos. Uno de ellos es contratar el gerenciamiento de la tercerización, con una empresa que se ocupará a su vez de sub-contratar la ejecución de las tareas, a cuenta y cargo de la compañía original. “Esta modalidad recurre a la experiencia y conocimiento del mercado de empresas proveedoras de servicios para llevar adelante un proceso de tercerización, seleccionando los proveedores más adecuados para cada servicio o proceso”, señala Castellano, al tiempo que advierte que “sin embargo, esta modalidad no es la más ventajosa, porque la responsabilidad sobre los contratos y sobre la calidad del servicio requerido sigue siendo de la compañía cliente”. Según el experto, “es una opción válida cuando las políticas de la compañía contratante definen que estas responsabilidades deben permanecer dentro de su propia órbita”.

Otra alternativa es definir una estructura que administre la tercerización dentro de la misma compañía, similar a la anterior con la ventaja de tener un menor costo, porque no se está contratando el gerenciamiento externo. “Es un modelo adecuado para comenzar con el proceso de tercerizar, dirigiendo el proceso hacia procesos muy puntuales y, particularmente, cuando el volumen de tareas para tercerizar no es muy grande”, indica Castellanos, para quien esta opción “permite al mismo tiempo mantener dotaciones y estructuras de mantenimiento propias de la compañía para realizar el mantenimiento no tercerizado”.

Todo para afuera

El outsourcing no es sólo  para reducir costos sino para  aumentar la productividad  y competitividad de una empresa.
El outsourcing no es sólo para reducir costos sino para aumentar la productividad y competitividad de una empresa.

El modelo más avanzado es el de tercerizacion completa, que consiste en seleccionar a una empresa para que se haga cargo del mantenimiento en forma total. Por ejemplo, la empresa contratada será responsable de la gestión de mantenimiento y deberá cumplir con lo establecido en las estrategias para el óptimo mantenimiento de todos los activos. “La decisión sobre el modelo elegido no es estática, siempre es posible mutar de uno a otro en función de las condiciones y el contexto”, señala Castellano, para quien es clave “tener en claro que no se deber tercerizar la estrategia de mantenimiento, sino solamente la ejecución de las tareas”. Por esta razón es que las estrategias deben ser explícitamente definidas por la compañía antes de la firma del contrato. Pérez se muestra de acuerdo con esto último: “en muchas ocasiones queda el sinsabor de que se quiere contratar la responsabilidad y sólo se contrata la función”, dice.

Por otra parte, el hecho de gastar menos dinero debe ser una de las motivaciones para que los empresarios del sector se decidan por un outsourcing, pero no la única. “La gestión de activos físicos no debe enfocarse únicamente en reducir costos, sino también en el aumento de la productividad a través de la optimización de la calidad de trabajo, el incremento de la confiabilidad de los activos, la racionalización del uso de repuestos e insumos, contratistas, terceros y sobretiempos”, enumera Rodríguez.

Datos de la firma Strategic Technologies, que brinda servicios de mantenimiento para toda América Latina y el Caribe, aseguran que con una buena gestión se puede lograr una reducción de hasta el 33% en paradas programadas de maquinarias, lo que repercute de manera directa en la productividad y en los ingresos de la empresa. Pero también se puede reducir el riesgo de que falle un sistema de evacuación a menos de 1 en 30.000.

“Si bien existen muchos casos en que la contratación externa ha reducido los costos generales, no se puede declarar inequívocamente que outsourcing de mantenimiento significa menos dinero destinado al tema”, indica Pérez, para concluir que “sólo una adecuada evaluación externa puede proporcionar la respuesta correcta: cada empresa es un mundo diferente”.

El negocio de la minería está bajo una enorme presión a nivel global. El auge de los precios de los bienes básicos no es sólo un motor de crecimiento y de generación de utilidades para las empresas mineras sino una fuente de dificultades a la hora de manejar sus recursos de manera eficiente.

Según los expertos consultados, ante la demanda de insumos y recursos para la minería, sus costos han aumentado y esto tiene enormes impactos sobre los resultados financieros de la industria. Conseguir una máquina para operar minas hoy es mucho más difícil que antes e incluso hay escasez de recurso humano capacitado en América Latina y en todo el mundo. Todo esto hace que el outsourcing o tercerización sea una alternativa para enfrentar las dificultades en la cadena de suministro de la industria minera global.  MPA

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