Komatsu, una integración autónoma

La firma japonesa, con una significativa presencia en Sudamérica, celebra una década de tecnología autónoma en minería. La División Gabriela Mistral de Codelco es el caso insigne del Sistema Autónomo de Transporte (AHS), dado que fue el primer lugar en el mundo donde se introdujo este tipo de tecnología en una operación minera.

El primer camión autónomo de Komatsu en Chile comenzó su actividad en el 2008, cumpliendo ya 10 años con resultados satisfactorios. Posteriormente, estos mismos modelos fueron introducidos en otros países con tradición minera – Australia y Canadá- con un rápido crecimiento de la población.

“Hoy tecnología y robótica son cada vez más parte de nuestra vida diaria. Por lo tanto, el concepto de operar camiones autónomos en la minería no es tan ajeno como tal vez lo era hace 10 años atrás. Creemos que la introducción de esta tecnología en Latinoamérica va a realizarse prontamente, y se acelerará más a nivel mundial”, señala en exclusiva a Revista MPA Toshio Kurokawa, vicepresidente de Komatsu Operación Latinoamérica.

Junto con el desarrollo de la tecnología autónoma, y para abastecer su amplio mercado de servicios, la firma japonesa cuenta con fábricas para equipos mineros en distintas partes del mundo. En el caso de los camiones eléctricos en Peoria (EE.UU.) y para palas hidráulicas en Düsseldorf, Alemania. En tanto en Japón se producen excavadoras y bulldozer en las plantas de Osaka, y camiones articulados y cargadores en Ibaraki.

Para los equipos de Komatsu Mining Corporation (ex Joy Global), las fábricas se encuentran ubicadas principalmente en Estados Unidos (Milwaukee, Longview) y Canadá (Sudbury).

Filosofía autónoma

Si bien ya son más de 140 camiones con el Sistema Autónomo de Transporte (AHS) en distintas faenas alrededor del mundo, al interior de la firma consideran que la adaptación de forma masiva de dicha tecnología no será de forma rápida. Dos son las razones. La primera debido a que las actuales flotas manuales siguen activas y vigentes en gran parte de la industria, por lo cual se esperaría que cumplan con sus ciclos respectivos para no alterar el plan maestro de la operación. La segunda razón pasa por un tema cultural, donde generalmente los cambios toman un tiempo y cada empresa evalúa cuándo introducir las distintas transformaciones de acuerdo a sus necesidades.

En la región, y pese a que la primera mina en adquirir el sistema autónomo fue División Gabriela Mistral, el proceso, señala Kurokawa, ha sido lento, sin embargo, hoy se observa un renovado y fuerte interés en diferentes operaciones para evaluar la implementación del transporte autónomo en sus faenas. “En Komatsu creemos que el uso de esta tecnología es el futuro de la minería, y esperamos con interés la implementación adicional de flotas autónomas en nuestra región en el corto y mediano plazo”, complementa el ejecutivo de Komatsu.

Respecto a la interrogante, que surge a nivel general en la industria, de que exista un protocolo o entendimiento entre los distintos fabricantes, Kurokawa es enfático en señalar que en la actualidad “hay estándares a nivel general en la industria para la tecnología autónoma, los cuales nosotros cumplimos. Obviamente para nuestros clientes la idea sería ir más allá y que todos sus equipos, sin importar el proveedor, sean compatibles entre sí. En Komatsu estamos abiertos a ese tema, pero es un proceso que puede tomar un tiempo. En este camino es importante que los clientes tengan un rol, tanto como nosotros y las distintas organizaciones que componen la industria para avanzar en este sentido”.

Otra arista de negocio que la firma global pretende explorar es la tecnología híbrida y eléctrica. Como señala el ejecutivo, “en Komatsu estamos muy interesados en este cambio y como empresa invertimos recursos para consolidar y desarrollar nuestra tecnología. Por ejemplo, la electrificación de la minería subterránea es muy importante para mejorar la ventilación y la seguridad al interior de la mina. Contamos con tecnología híbrida incorporada en varios equipos subterráneos y continuamos invirtiendo en esta importante área”. 

En superficie en tanto, hoy todos los camiones de Komatsu cuentan con tecnología eléctrica y con motores diésel,  lo que trae consigo beneficios energéticos importantes. “En este segmento también estamos invirtiendo para reducir emisiones, aumentar eficiencia y reducir el costo unitario para nuestros clientes”, comenta Toshio Kurokawa.

Mirada regional

Gracias a la integración con Joy Global, la firma ha ampliado su  gama de productos mejorando la cobertura para las necesidades (o requerimientos) de los clientes, , tales como la pala de sogas, dragalina, equipos subterráneos, entre otros. Sumado a lo anterior, las marcas Montabert, Joy y P&H, “entregan ventajas que nos permiten tener un producto de alto rendimiento y desempeño con respecto a su competencia. Por lo tanto, vemos una oportunidad para este año en el desarrollo de estas marcas”, apunta Kurokawa. Esta integración le ha permitido a Komatsu enfrentar los requerimientos de los clientes con una amplia gama de soluciones, tanto para minería de superficie como subterránea, con un alto desarrollo tecnológico.

Con la adquisición de estas marcas, la empresa entrega soporte a las industrias de minería y construcción en Latinoamérica y el resto del mundo. Los países con mayor volumen de negocios para la minería son Chile, Perú, México y Colombia. Además, “hemos detectado oportunidades comerciales de alto potencial en casi todos los países de América Latina, destacando Argentina, Ecuador y Panamá”, prosigue el ejecutivo de Komatsu.

A pesar de la incertidumbre mundial, hoy la firma asiática ve con buenos ojos la reactivación de las principales economías. “En América Latina desde el año pasado comenzamos a visualizar la recuperación de la demanda de equipos de minería y estimamos que esta tendencia continuará en los próximos años. Sin embargo, creemos que el aumento será relativamente moderado, ya que la demanda actual se debe principalmente a la renovación y expansión de flota”, concluye Toshio Kurokawa.