Coltán, el oro del siglo XXI

Por: Walter Duer, Buenos Aires

De acuerdo con la consultora de mercado especializada en tecnología, sólo durante el primer trimestre de 2010 se vendieron, en todo el mundo, unos 314 millones de teléfonos celulares, cifra que tiende a crecer de manera continua y sostenida.

¿Qué tienen en común esos millones de aparatos? Que todos emplean coltán, un metal que es el resultado de la combinación de dos minerales: la columbita (óxido de niobio con hierro y manganeso) y la tantalita (óxido de tántalo con hierro y manganeso).

Tiene una propiedad de conducción eléctrica 50 veces superior a la del cobre, es ultra refractario (soporta temperaturas muy elevadas: se funde a 2.996 grados centígrados), es capacitor (almacena carga eléctrica temporal y la libera cuando es necesaria) y prácticamente no se corroe ni se altera.
Por todo esto, se ha convertido en un elemento clave para la fabricación de otros equipos eléctricos, aviones, armas teledirigidas, equipos de videojuegos, equipos de GPS y hasta satélites y naves espaciales.

Mineral conflictivo

En el continente africano, su explotación fue y es sinónimo de conflictos: problemas bélicos en el Congo que dejaron un impresionante tendal de muertos, condiciones de esclavitud entre los trabajadores (muchos de ellos muertos o enfermos por las malas condiciones de la actividad), grandes cantidades de niños mineros y repercusiones ambientales negativas.

El trabajo se realiza de manera arcaica: se trabaja en minas de aluvión (a ras del piso) y el material se extrae mediante la realización de agujeros en el suelo con palas. Luego se incorpora agua al lodo y se envía el líquido a zonas de lavado, en las que el metal llega hasta el fondo debido a su mayor peso.

Oportunidad regional

Brasil lidera el universo coltán en América Latina.  Hacia 2008 producía el 40% del tantalio “legal” del mundo, a través de las minas Mibra (de Companhia Industrial Fluminense) y Pitinga (de Paranapanema), según datos del Centro Internacional de Estudios del Tantalio (TIC), organización sin fines de lucro con sede en Bélgica.

En octubre de 2009 Venezuela anunció que se habían encontrado cuantiosas reservas de coltán al sur del Orinoco, gracias a un programa de rastreo que se estaba realizando en conjunto con Irán. En su momento, el ministro de Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz, llamó a una rueda de prensa para destacar el anuncio, aunque no determinó la cuantía de las reservas ni su localización.

Un par de meses después, el mismo presidente Chávez dio la cara para asegurar que podrían estar hablando de un depósito de US$100.000 millones y advirtió de inmediato que “tomamos el control de la zona y ubicamos una unidad militar custodiando aquella inmensidad, ahora estamos haciendo los estudios correspondientes”.

También Colombia hizo su hallazgo en este sentido: un gigantesco yacimiento de unas 370.000 hectáreas. Mario Ballesteros, director de Ingeominas (Instituto Colombiano de Geología y Minería), explica que “identificamos potenciales yacimientos de coltán en tres departamentos del país, en la región sur oriente”.

El funcionario aclaró que “estamos desarrollando ahora los estudios pertinentes para determinar qué calidad tiene y en qué volumen se presenta”. Ballesteros estima que los resultados preliminares del departamento de Guainía podrían estar para septiembre de este año.

“Una vez que sepamos con qué contamos, abriremos una licitación pública, haremos una subasta especial o estableceremos una ronda por bloques. En otras palabras, ”buscaremos el modelo que nos permita beneficiar a la mayor cantidad de gente posible”, concluyó Ballesteros.

MPA

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